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Hace ya 65 años que  Perfumería Ibarrondo  abrió las persianas de su primera tienda en Vitoria. Aquellas eran persianas metálicas, pesadas y ruidosas, de ésas que chirrían mucho –con un inconfundible sonido– cuando se suben y se bajan. Hay pocas cosas que identifiquen mejor la idea de un comercio que una persiana. Es lo primero que hace el dueño al llegar –abrirla– y lo último que hace al irse, cerrarla. Un acto cotidiano y necesario que se convierte en una especie de ritual. Hace ya tiempo que las persianas de Perfumería Ibarrondo, en la calle Independencia 18, se sustituyeron por unas enormes y pesadas puertas de cobre rojizo, a juego con el marmol verdoso de la fachada (los nuevos tiempos y el diseño mandan), pero la idea de subir y bajar la persiana del negocio –cada día– aún sigue muy presente en nuestro imaginario familiar.   Por eso nace este blog que estás leyendo y por eso hemos lavado la cara a esta nuestra página web. Levantamos hoy aquí, 65 años después, una nueva persiana, digital en este caso. Una ventana abierta a todos los apasionados del perfume, la cosmética y el arte de la cosas bonitas. Una persiana que permanece abierta todo el día, sin horarios, que te permite el acceso a todos nuestros productos, como nuestra gama exclusiva de Agua Blanca o Ibarrondo, y que pretende compartir con vosotros nuestras experiencias, consejos y secretos en el mundo de la perfumería. Ya podéis pasar. Sed bienvenidos.     [caption id="attachment_1454" align="alignleft" width="366"] 1950 Primer local de Perfumería Ibarrondo en la calle Independencía 2, Vitoria- Gasteiz[/caption]